Liderazgos positivos en Casavalle

Entrevista a Pablo Bartol, Director del Centro educativo Los Pinos, obra corporativa del Opus Dei, ubicada en Casavalle, un barrio de la periferia de Montevideo. “Lo que importa es que se vayan generando liderazgos positivos en el barrio y que los demás los imiten”, afirma Bartol.

Lo que se buscan son resultados, no sólo poner buen corazón

¿Qué es Los Pinos?

Es un emprendimiento social, ubicado en el barrio Casavalle, que pretende elevar el nivel educativo de los niños y jóvenes del barrio a través de programas de apoyo escolar y de capacitación laboral.

¿Cómo surgió la idea?

21 de agosto de 1997. El Prelado del Opus Dei durante su visita a Uruguay saluda a Doroteo San Martín, promotor de Los Pinos

En el año 1995 empecé a venir al barrio los fines de semana tratando de hacer algo por niños que parecían no tener un futuro muy alentador. Cuando me dijeron: “la plaza es de todos y vos acá no mandás”, empecé a buscar un terreno donde comenzar desde cero con mis propias reglas de juego. El puntapié inicial se dio con la donación de este predio.

¿De quién fue la donación del terreno?

Leonardo Rozenblum, de la empresa Motociclo. Fue un gesto magnánimo ya que es un terreno de seis hectáreas en medio de Montevideo. Cada vez que lo recuerdo me emociona un poco.

Sr. Leonardo Rozenblum, dondante del terreno, con el Cr. Luis San Martín

¿Cuántos chicos están atendiendo hoy en día?

Son 220 niños y adolescentes en programas de apoyo escolar y liceal que vienen de lunes a viernes toda la tarde. Hacen los deberes, deporte, computación y varias actividades extracurriculares, que van desde plástica para los más chicos, a neumática para los liceales.

Y la capacitación laboral, ¿a quién se dirige?

Por un lado, hay 20 jóvenes entre 18 y 24 años que hacen un curso de Operario Industrial. Ya hay 16 de los que cursaron este año que están trabajando. Por otro lado, hay 20 operarios de una fábrica que están haciendo un curso de actualización en temas de soldadura, mecánica e informática.

Tratamos de que este lugar sea algo totalmente distinto a lo que hay alrededor

¿Cómo se recibió este emprendimiento en el barrio?

Como fuimos creciendo de a poco, fue muy natural, la gente lo fue tomando muy bien. El salto mayor fue la construcción de este edificio de 800 metros cuadrados con una donación del gobierno alemán. La gente del barrio, que nos vio desde el principio levantando los basurales, se alegra que un emprendimiento de este tipo haya tenido tal crecimiento.

¿Qué lo motiva a hacer todo esto?

El ver que un chico tenía una historia marcada en un sentido y venir y darle vuelta la vida resulta algo muy motivante. Ver que un muchacho estaba sin norte ni ilusiones, meterlo en un curso y que a los siete meses esté trabajando en una fábrica de punta, ganando más que su padre y su madre juntos, es un torpedo en la línea de flotación de toda una mentalidad imperante. Es mostrar que se podía hacer algo por ellos y que no estaban condenados.

Aquí tenemos una perspectiva de empresa, se hace un presupuesto anual, se fijan objetivos para cada área y después se controla si se cumplen

Sí, pero ¿y usted como persona?

Todos los grandes emprendimientos han sido pequeños alguna vez y al principio la mayoría de la gente no alcanza a ver qué busca su impulsor, lo ven como un soñador que pierde el tiempo. Yo tengo claro cómo va a ser esto dentro de quince años y estoy viviendo un proceso tanto o más interesante que el que pueda generar desde un emprendimiento comercial.

El nuevo edificio cuenta con 8 aulas-taller, oficinas y una amplia biblioteca

¿Cuál es la visión de futuro de este trabajo?

Queremos forjar un nuevo barrio, con nuevos valores. Que la gente deje de identificar a la zona como un lugar peligroso y que pase a ser reconocido por el empuje de todos los actores como un polo de desarrollo productivo.

¿Cómo llegan los chicos acá?

Los traen los padres por el “boca a boca”. Buscan que sus hijos tengan unas oportunidades que ellos no tuvieron o no supieron aprovechar. Los chicos vienen y les gusta, y después te traen a sus amigos. Tenemos muchos chicos que han sido derivados por las maestras por problemas de conducta en la escuela. En esos casos lo que buscan es un salvavidas.

Los traen los padres por el “boca a boca”. Buscan que sus hijos tengan unas oportunidades que ellos no tuvieron o no supieron aprovechar

¿Y qué se puede decir de los chicos que vienen a Los Pinos?

Son chicos que han tenido un arranque difícil en la vida, a veces por complicaciones familiares y, en general, muchas complicaciones económicas. Se trata de chicos que se han criado en la adversidad. Por eso, gran parte de nuestra tarea es dar ánimo, luchar contra el bajón.

16 de setiembre de 2002. El Intendente de Montevideo, Arq. Mariano Arana y el Embajador de Alemania, Jürgen Krieghoff, cortan la cinta de inauguración del nuevo edificio

¿Qué se puede hacer por ellos?

Tratamos de que este lugar sea algo totalmente distinto a lo que hay alrededor. Como se puede ver, las instalaciones buscan estar a un nivel similar a la Universidad de Montevideo. Esto para ellos es como para mí ganar una beca en Harvard. Eso ya te cambia la perspectiva de tu vida.

Pero también importan los contenidos.

Aquí no andamos con “pobrecito, mirá qué difícil la tiene”. Les exigimos a muerte y les damos el apoyo necesario para que apunten alto en su rendimiento académico. También los llevamos a competir con colegios bilingües en fútbol, en rugby y en atletismo; participamos en el certamen de Empresas Juveniles de DESEM; y también competimos en las Olimpíadas de Matemáticas. Tenemos un finalista en segundo año de liceo. Cada vez que ganan festejamos muchísimo. Son cosas que los marcan para siempre.

¿Y estos cambios perduran con el tiempo?

El ver que un chico tenía una historia marcada en un sentido y venir y darle vuelta la vida resulta algo muy motivante

Cuando con el temporal se te voló el techo del rancho, y después de resolver el drama, a las horas estás sentado frente a una computadora trabajando con un programa de diseño de circuitos eléctricos, realmente algo está cambiando en tu vida. La marginalidad está en la cabeza, no en el estómago.

¿Y una vez que dejan Los Pinos?

Lo que importa es que se vayan generando liderazgos positivos en el barrio y que los demás los imiten. Con el tiempo empieza a haber una diferencia entre los buenos y los vagos. Si a todos les va mal, ¿cuál es el incentivo para pelearla? La idea es que los que van sobresaliendo transformen el barrio en el que viven.

¿De dónde surgen los valores que les enseñan a los chicos?

Siempre tuve claro que quería transmitir los valores que aprendí desde chico y que tanto me ayudaron. Valores que tienen mucho que ver con el trabajo bien hecho, aspirar a hacer las cosas como el mejor, no al ‘más o menos’. Para eso, damos una educación al mismo nivel que en los colegios más exigentes de Montevideo. En el fondo, nos inspiran las enseñanzas de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, de llegar a todos los ambientes con lo mejor de nosotros mismos.

¿No es exigir demasiado a los chicos?

Es la pregunta del millón de cada día. Siempre hay una tensión entre el darles porque carecen y el exigirles porque les viene bien. Hasta ahora los cambios en los chicos y sus familias se van dando y esto nos dice que vamos por buen camino.

¿El trabajo de los profesores es remunerado?

Todos los que estamos aquí somos remunerados, todos vivimos de nuestro trabajo aquí. Interesa mucho la permanencia del docente, que hagan una carrera como la harían en cualquier otro centro de enseñanza. Sólo así se logra un equipo docente muy profesional.

¿Con qué recursos financian esto?

Hoy día, 150 becas de los niños y jóvenes las aporta gente común y corriente de su bolsillo. Cuando ven que hay resultados, que hay cambios en las personas, los reconforta porque su aporte económico tiene sentido. Además les damos cuenta mensualmente de nuestro trabajo a través de un boletín vía mail. La Asociación de Antiguos del IEEM también nos apoya desde el comienzo becando anualmente a 12 niños y apoyando en proyectos puntuales.

El Estado, ¿contribuye de alguna manera?

El INAU aporta las becas de 40 niños y el Ministerio de Trabajo aporta las becas de los 20 jóvenes del curso de Operario Industrial. Además, nos hacen una auditoría permanente de estos programas.

Usted cursó el PDD en el IEEM. ¿En qué sentido le ayudó para esto?

En todo. Aquí tenemos una perspectiva de empresa, se hace un presupuesto anual, se fijan objetivos para cada área y después se controla si se cumplen; y si no se cumplen, se hacen cambios de personas, de procedimientos, o de lo que haga falta. Es decir, lo que se buscan son resultados, no sólo poner buen corazón.

Pablo Bartol. Director de Los Pinos. Programa de Desarrollo Directivo (PDD), IEEM, Universidad de Montevideo; Licenciado en Relaciones Internacionales, Universidad de la República.

Ver también artículo publicado en el semanario "Brecha" (click aquí) EMERGENCIA SOCIAL EN CASAVALLE

Casavalle es el barrio montevideano que registra los peores resultados en los siguientes

indicadores (1):

Económicos (1 dólar = 25 pesos)

Ingreso promedio total del hogar per cápita: Montevideo $ 6.397 - Casavalle $ 2.341.

Porcentaje de personas pobres: Montevideo 33,6% - Casavalle 79,2%.

Porcentaje de personas indigentes: Montevideo 3,5% - Casavalle 17,2%.

Porcentaje de menores de 18 años pobres: Montevideo 53% - Casavalle 91,4%.

Educativos

Porcentaje de personas en hogares con clima educativo bajo (2): Montevideo 43,9% - Casavalle 86,0%.

Porcentaje de personas entre 17 y 65 años con educación obligatoria incompleta (9 años de

estudio): Montevideo 33,4% - Casavalle 70,4%.

Porcentaje de las personas entre 8 y 15 años con rezago escolar (3): Montevideo 16,8% - Casavalle 34,3%. En Casavalle hay 3.278 alumnos de educación primaria que se reparten en 9 escuelas, 1 de cada 5 repitió durante el 2003 (19,4%).

Fragmentación

Casavalle fue el barrio donde se registró la mayor cantidad de homicidios durante el 2002 (19) y durante el 2003 (7).

(1) Todos los datos corresponden al año 2003 y la fuente es BERCOVICH, Ingrid y GALLO, Mariana: “Resultados por barrio de los indicadores de inclusión y exclusión social”, Observatorio Montevideo de Inclusión Social, Intendencia Municipal de Montevideo, Montevideo, Octubre de 2004. (2) El clima educativo bajo refiere a hogares donde el promedio de años de estudio que tienen los miembros del hogar con edades comprendidas entre los 21 y 65 años es menor a los 9 años de estudios formales. (3) Se define el rezago escolar para las personas entre 8 y 15 años que tienen logros educativos inferiores a los que, de acuerdo a su edad, podrían haber alcanzado si no hubieran repetido cursos o abandonado el estudio.

Revista de Antiguos Alumnos del IEEM, Año VIII, No. 3, Diciembre 2005