Auto robado

Soy sacerdote y había ido en auto a atender un enfermo al Hospital Español. Estacioné frente a la puerta y al regresar, 20 minutos más tarde, el coche había desaparecido.

Se trataba de un Fiat Uno, un vehículo muy común en las calles de Montevideo. Es bastante corriente que estos autos no aparezcan pues los desarman y venden las distintas partes como repuestos.

Conciente de la urgencia en encontrarlo le pedí al Beato Josemaría que se luciera haciéndolo aparecer.

En esos momentos un inspector de policía se cruzó con el auto, sospechó de los ocupantes e inició su persecución.

Aún no había hecho la denuncia en la comisaría y ya el auto estaba recuperado, según indicaron por la radio policial.

G.B.