“San Josemaría en la Basílica de San Pedro”: la estatua, en un libro

Juan Pablo II quiso que algunos nichos del exterior de la basílica de San Pedro fueran decorados por santos y fundadores recientes. Uno de ellos es San Josemaría Escrivá. Un nuevo libro artístico presentado en Florencia ofrece fotografías de la imagen de mármol en el Vaticano.

Galería de fotos del libro.

El libro ha sido presentado en Florencia en un acto celebrado en el “Palazzo Incontri”, a la sombra de la impresionante cúpula diseñada por Brunelleschi.

Participaron Romano Cosci, escultor de la estatua; Guillaume Derville, teólogo y sacerdote del Opus Dei; Paola Grossi, pintora; Dony MacManus, escultor; y Giancarlo Polenghi, periodista y editor del volumen.

La estatua de san Josemaría está situada en el exterior del llamado “Brazo de San José”, en el transepto izquierdo de la Basílica. Juan Pablo II decidió dedicar los nichos a los santos y fundadores de la historia reciente de la Iglesia. Benedicto XVI la bendijo en 2005.

El libro, que se ha editado para celebrar los 80 años de la Fundación del Opus Dei, sale en dos ediciones bilingües: inglés-español e italiano-francés. Cuenta con fotografías de Aurelio Amendola, uno de los fotógrafos de arte más prestigiosos del mundo.

La presentación del libro dio pie para hablar sobre “San Josemaría y los artistas”. Giancarlo Polenghi citó algunos textos del santo en los que compara la acción divina con el trabajo del artista: así, “de nuestra vida ordinaria podemos hacer poesía, endecasílabos. Asimismo, decía que Dios Padre esculpe en nuestras almas la imagen de Cristo y pinta con nosotros –que somos pinceles en sus manos- obras maravillosas”.

Paola Grossi mostró alguna de sus pinturas de carácter realista, en las que trata de resaltar la belleza de las cosas ordinarias. Un huevo frito, una ventana o un charco causan la admiración del artista. “Yo veía desde siempre la belleza en esas cosas. Pero no sabía porqué, hasta que una amiga me hizo conocer el espíritu de san Josemaría. Comprendí que en la belleza de la materia se puede intuir la belleza del creador”. La sorpresa fue mayor, “cuando además supe que aquello que pintaba formaba parte de mi camino al Cielo”.

El escultor irlandés Dony MacManus mostró algunas de sus obras: esculturas de san Josemaría, san José y un busto de Benedicto XVI que está todavía acabando y que será colocado en la catedral de Saint Patrick (New York). “En mis obras trato de reflejar algunas de las enseñanzas que he aprendido del Fundador, como el valor de la paternidad o de la familia, por ejemplo. Es cierto que la cultura actual atraviesa una crisis en estos valores. Pienso que el arte es una herramienta imprescindible para enriquecer de nuevo esa cultura”.

El autor de la estatua erigida en el Vaticano, Romano Cosci, desgranó algunos recuerdos de su elaboración, en la que estuvo empeñado más de un año. Cosci dijo que “he recibido mucho de las enseñanzas de san Josemaría. Anhelo que quien mire la estatua se pregunte si verdaderamente tiene sentido contemplarla, es decir, si remite más allá de sí misma y si consigue ser mediación espiritual. Si es así, la escultura tendrá sentido”.

Guillaume Derville, sacerdote del Opus Dei, cerró el acto con una reflexión teológica sobre la inscripción esculpida en la estatua: “Et ego si exaltatus fuero a Terra, omnes traham ad Me ipsum! Y yo, cuando sea elevado sobre la Tierra, atraeré a todos hacia mí”. Son palabras que se refieren a Cristo en la Cruz.

San Josemaría, revestido en la estatua de los ornamentos sacerdotales para celebrar la Misa, se dispone a renovar el Santo Sacrificio. “Las obras de arte pueden causar admiración y piedad. Ojalá esta estatua ayude a muchas personas a acercarse a Dios”, dijo Derville.