La crisis me acercó a Dios

Toni López es el encargado de mantenimiento de un colegio en Castellón (España). Está casado con Adela, con quien tiene 4 hijos. Relatan cómo conocieron el Opus Dei y cómo procuran vivir su vocación en estos tiempos de dificultades económicas.

¿Cómo conociste el Opus Dei?

Yo conocí el Opus Dei gracias a un colegio. Por circunstancias de la vida me empeñé en traer a mis hijos a los colegios de Fomento y allí empecé a entrar en contacto con el Opus Dei. Empecé a asistir a medios de formación y me encantó la formación que daban.

'Antes de que a todo el mundo le fuese mal a mí ya me iba mal. Pienso que esta crisis nos tiene que servir para acercarnos más a Dios'.

Fue la crisis la que me acercó a Dios

La crisis ya la pasé hace tiempo, antes de que empezara esta crisis. Tuve una empresa constructora y lo pasé muy mal. Antes de que a todo el mundo le fuese mal a mí ya me iba mal. Pienso que esta crisis nos tiene que servir para acercarnos más a Dios. Cuando lo pasé mal económicamente con mi familia, descubrí que tenía que acercarme más a Dios y que estaba falto de muchas cosas, porque al ir sobrado económicamente puedes caer en el error de que eres autosuficiente y no necesitas a Dios para nada e ir apartándote poco a poco de Él, enfriándose tu relación con Dios y perdiendo la fe poco a poco. Entonces me di cuenta de que en esa situación estaba Dios que me quería decir algo. Pienso que muchas veces, cuando nos pasa una desgracia, creemos que Dios no es justo con nosotros y creo que tenemos que verlo justo al revés: Dios nos está avisando de que tenemos que acercarnos más a Él y que por nosotros mismos no servimos para nada.

'La santificación del trabajo es un pez que se muerde la cola: tú quieres ofrecerle a Dios tu trabajo y esa misma razón te impulsa a trabajar con más ilusión y mejor'.

Cómo santifica su trabajo un encargado de mantenimiento

La santificación del trabajo radica en hacer todas las cosas, -todo el trabajo-, de cara a Dios. Eso te ayuda a hacer las cosas mejor. Es un pez que se muerde la cola: tú quieres ofrecerle a Dios tu trabajo y esa misma razón te impulsa a trabajar con más ilusión y mejor.

Para conseguirlo, lo que hago es buscarme pequeños trucos para tener presencia de Dios todo el día: si estoy arreglando una cerradura me acuerdo del chaval que la ha roto y rezo un  poquito por él, cuando tiro la basura del colegio me acuerdo de los que han comido allí o de las señoras de la cocina que han hecho la comida para todos… En definitiva, trato de ir acordándome continuamente de rezar por los demás y de ofrecer ese trabajo que hago a Dios.

'En la dirección espiritual no me veo dirigido en absoluto, sino ayudado a pulir pequeños defectos de los que sin ella no me daría cuenta'.

Necesitaba dirección espiritual

Lo que más me ha ayudado es llevar una dirección espiritual y en esto noto la diferencia entre el católico que era antes y el católico que soy ahora. No me veo dirigido en absoluto, sino ayudado a pulir pequeños defectos de los que sin ella no me daría cuenta. Es lo que más he echado en falta antes de pertenecer al Opus Dei, porque fuera de él se puede llevar una dirección espiritual, pero el Opus Dei te la facilita mucho y, en consecuencia, me es más sencillo ser mejor cristiano.

'Pienso que muchas veces, cuando nos pasa una desgracia, creemos que Dios no es justo con nosotros y creo que tenemos que verlo justo al revés: Dios nos está avisando de que tenemos que acercarnos más a Él y que por nosotros mismos no servimos para nada'.

Sin perder de vista la educación de los hijos

Soy de la opinión de que educativamente hablando no es muy positivo que unos hijos vean a sus padres totalmente desocupados. Por eso, el que me vean ocupado en el trabajo y que no paro cuando llego a casa, igual que mi mujer, lo considero positivo para su educación. Me organizo como puedo: intentamos repartirnos las tareas entre mi mujer y yo y atender a los chavales lo mejor que podemos.

Adela Andreu. Enfermera. Casada con Toni López. Una familia numerosa

Tener una familia numerosa era una decisión muy firme que ya habíamos tomado antes de casarnos: apostamos por una familia numerosa, si Dios nos la regalaba claro. Es verdad que esa decisión conlleva renunciar muchas veces a otras cosas. Por ejemplo, a salir en verano, conformándonos con ir a la playa de la ciudad donde vivimos o al chalé de algunos amigos, etc.

Sin perder a Dios de vista

La vocación al Opus Dei, supone para mí levantarme ofreciendo ya el día a Dios, y luego, todas las cosas que llevo a cabo, tanto en mi vida en familia, -cuidar con cariño a mis hijos y a mi marido-, como en mi vida de trabajo, -cuidar a los pacientes y tratarlos como hijos de Dios-, y todo actuando siempre cara a Dios.

'La decisión (de formar una familia numerosa) conlleva renunciar muchas veces a otras cosas. Por ejemplo, a salir en verano, conformándonos con ir a la playa de la ciudad donde vivimos o al chalé de algunos amigos'.

En qué me ayuda mi vocación

La vocación me ayuda no sólo a santificar la vida ordinaria en el trabajo y en la familia. También me ayuda a mejorar  mi vida interior y en el trato con los demás; por ejemplo,  a saber que cuándo no hago algo bien he de pedir perdón y procurar rectificar.

La vocación de los hijos

Pienso que tenemos que ser generosos ante lo que Dios nos pida y creo que nos pide generosidad en la vocación, en el matrimonio, en la educación de los hijos… Por eso, si Dios les pide a mis hijos ser sacerdotes u otro tipo de vocación dentro del Opus Dei, o lo que sea, en mi opinión hemos de ser generosos, estar desprendidos y apoyar su decisión.

'Por eso, si Dios les pide a mis hijos ser sacerdotes u otro tipo de vocación dentro del Opus Dei, o lo que sea, en mi opinión hemos de ser generosos, estar desprendidos y apoyar su decisión'.